lunes, 16 de abril de 2007

Repaso de mis pasos - capítulo 1-



Como tengo una pequeña depre pre-cuartito de siglo he decidido superarla a base de hacer un pequeño repaso de mis pasos…

Durante años mi infancia ha permanecido en el limbo de mi memoria. Ahora hago esfuerzos por recordar. De mi niñez me quedé con cartas escritas con lápices de colores que metía en el buzón de mi casa los sábados por la mañana para que mi madre se las encontrara cuando llegara del trabajo. Unos cuantos malos recuerdos de los que hablar ya no me deja aquel sabor amargo de las cosas que se han quedado ancladas en un corazón, ya de por sí, no excesivamente sano. Una niña… que hoy en día se ha convertido en una mujer con corazón de león y nobleza baturra, me amargaba las siestas, desarrolló mi corazón guerrero, y suplió a aquella hermana que nunca tuve, provocando peleas, lágrimas, tirones de pelo, amores y desamores, gritos, horas de teléfono con padres berreando de fondo “Pero… si os acabáis de ver en el colegio y os veréis mañana…”, más lágrimas en su ausencia. Con ella aprendí lo que es sentir la ausencia de alguien a quien quieres… con ella aprendí a echar de menos (¡y cuánto te estoy echando de menos!). Me quedé con unas cuantas piezas de Lego, con las que me gustaba crear construcciones, creo que era un aviso de lo que me costaría encajar las piezas de mi vida y cómo tendría que aprender a recolocar y reciclar a lo largo de toda mi vida. También recuerdo mis viajes por el mundo… una niña trotamundos me volvió una mujer independiente y voladora, o culo-inquieto como dice mi made.

Todos estos recuerdos vienen por algo, el otro día paseando por un lugar de mi barrio donde solía pasar las tardes con mi abuela, vinieron a mi millones de recuerdos dulces, aquel lugar que en mi niñez estaba repleto de infantes corriendo, saltando a la comba, jugando a la goma, al fútbol, patinando… ¿qué estarán haciendo todos aquellos niños que compartían conmigo las tardes de primavera-verano? ¿Se habrán besado en esos bancos, como yo lo hice en mi adolescencia? ¿Se sentarán como lo hago yo ahora?, a ver pasar gente, parejas, amores, discusiones, con un libro en la mano, mientras Whisky da brincos y molesta a una pareja de abuelos, que tras más de 50 años de amor, siguen saliendo a pasear los domingos, aunque ya no tengan nada que decirse.

En mi niñez, no fui una niña perfecta, ni tuve una infancia perfecta, ni el mundo era como a mi madre le hubiera gustado, ni los hechos sucedieron como nos hubiera gustado, demasiado solas, demasiado apretado el cinturón, demasiado trabajo, demasiadas ausencias, una infancia sin infancia, crecí muy rápido. Pero las cosas que pasaron fueron las que me hicieron quien soy, y hoy en día, me siento muy orgullosa de ser yo. Aunque ya me imaginara con un cigarro colgando de mis dedos, con una desastrosa vida amorosa, pero una bonita carrera vital. Y es que si algo he hecho a lo largo de mi vida ha sido vivir, soñar, amar, enloquecer, revolver y volver a recolocarme, y todo ello plenamente intensa.

En el próximo capítulo… de los 14 a los 18. (El de la foto de arriba es Ligón, mi primer perro, el de la de abajo es Whisky)

P.D.: Todo lo que fue, todo lo que pasó, todo lo que soñé, todo lo que logré, todo lo que el mundo, el destino, las estrellas, la familia, los amigos, los amores, los desamores, los compañeros, los profesores, los libros, las canciones, todo lo que mi vida me regaló, bueno y malo, hizo que yo existiera, y por ello os doy las gracias.

1 comentario:

Anónimo dijo...

yo también te echo de menos, horrores!!!