lunes, 28 de mayo de 2007

Olvido de jefatura

¿Qué sucede cuando todo lo que tenemos a nuestro alrededor no es real? Cuando era una niña, tenía un sueño, mi profesión era un sueño que podía llegar a ser alcanzable, y soñaba con formar parte de una comunidad que hacía que el mundo fuera más fácil, más bonito, más saludable... ¿qué ha pasado con todo lo que yo soñaba? ¿Qué se perdió por el camino?
Por el camino de la vida de muchos investigadores se perdió la ilusión, las ganas de luchar por un mundo mejor, y sin embargo, apareció la codicia, la envidia, la ambición y la venganza. Yo no digo, ni lo diré nunca que no sea una mujer ambiciosa, que lo soy, ambiciosa a nivel personal, es decir, quiero conseguir lo que me proponga, pero no pasaré por encima de un ser humano para obtener un logro laboral, o no por ahora, así lo veo. Y siempre digo lo mismo, no me olvidaré de lo que pasé cuando fui joven, de lo que estoy pasando... y sin embargo, algo en mi interior me dice que se olvida. Porque veo a mis superiores, cuando reciben una queja de los jóvenes, y su respuesta siempre es... “No os quejéis porque cuando nosotros teníamos vuestra edad no teníamos tantos privilegios”. Privilegios por los que se supone que ellos lucharon, porque alguien anterior a nosotros tuvo que gritar para que un becario no fuera la “prostituta” del profesor titular, alguien tuvo que quejarse, para que se considerara infrahumano horarios laborales que algunas veces llegaban a las 24 horas, alguien tuvo que quejarse para que pudiéramos disfrutar de vacaciones, y para que no aceptáramos trabajar el 50% del tiempo sin cobrar y con contratos de exclusividad sin sueldo... tuvieron que ser ellos, pero ahora se vengan y nos exigen aquello que ellos no querían.
En fin... sólo pido, y por ello lo dejo por escrito, que si algún día alcanzo el estatus profesional de aquellos que me rodean, me acuerde de los años en que fui una de tantas becarias-precarias.
A todos aquellos que dicen ser nuestros jefes... ¿Sobreviviríais hoy con 1000 euros, sin seguridad social, hipoteca de 600 €/mes mínimo, la comida que se sube por las nubes, sin pareja que os ayude, ni padres que os subvencionen, sin paro, sin posibilidad de progresar, teniendo sobre vuestras espaldas estudios superiores, post-grados, y tesis doctorales? La vida ha cambiado para mejorar nuestra situación, pero también ha subido como la espuma el nivel de vida y el endeudamiento.
En fin... jefes.

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