jueves, 21 de junio de 2007

Atardecer... o mi nuevo amanecer

Cuando la luz se pone, siempre existe un rayo que es capaz de iluminar las miradas más oscuras. Cuando me callo, siempre existe una palabra que sólo una mente traviesa, ágil y mimosa es capaz de cazar al vuelo, cuando la noche aparezca y mi cama esté vacía, dibujaré la nube que compramos con nuestro sueños una tarde en Liencres. Y si los ojos se esconden buscaré la luna que me guiñará un ojo, al fin y al cabo, la luna siempre fue rockera y muerde el cuello que deja libre un jersey, cuando el mentón se alza en busca de las respuestas que un mal día se encargó de esconder.


Es bonito tener un meñique enganchado al mío.

2 comentarios:

Anónimo dijo...

leyendo esto me ha saltado al ojo unos de los corazones q te salen de la tripa!!! jejejeje

bbells dijo...

jejeje!
Un beso guapa! y te regalo uno de los corazones que te atacan!