martes, 7 de febrero de 2006

Últimamente

Os pido perdón de antemano, porque este post está escrito en dos tiempos muy diferentes, pero he querido juntarlos porque todo hacía referencia a lo mismo. Os remito a dos sitios: "Ya no sufro por Amor" de Lucía Etxeberría, y la canción de nuestro Ismael Serrano "Últimamente".


Últimamente, supongo que debido a mi situación emocional, mis amigas y familia, me regalan libros de Autoayuda, libros de esos que a mí nunca me ha emocionado leer, pero bueno, algo de lectura ligera tampoco viene mal. El caso es que al final, los malditos libros terminan por hacerte pensar. El que leo estos días, que no es exactamente un libro de Autoayuda, analizaba todos los libros que en la última década se dedican a cuestionar el comportamiento de las mujeres de la actualidad, y nos dicen que la mujer trabajadora, en el fondo sigue buscando el amor, por cada esquina por la que pasa.

Yo me considero una mujer de mi época, actual, trabajadora, independiente, con inquietudes culturales y políticas. He sido afortunada en la vida, porque conocí el Amor, me enamoré joven y viví feliz, aprendí de mi compañero, y de la vida, el Amor se acabó, y aún así he sobrevivido. Me levanto pronto por las mañanas, me marcho a trabajar, vuelvo al mediodía y tengo que cocinar, no vivo de las sobras de mi madre, ni le llevo la ropa para que me haga la colada, tengo la casa recogida, más o menos, y en la hora que tengo para comer aprovecho para hacer todo aquello que no me da tiempo el resto del día, porque por las tardes también trabajo, el sueldo de una becaria da para vivir, pero no para caprichos, así que hay que pluriemplearse. Mi vida la completan mis amigos, por eso seguramente he superado el vacío que dejó la ruptura, no me siento vacía, ya no, me considero una mujer completa, considero que vivir en pareja es más hermoso, se disfruta más de las pequeñas cosas, pero también es importante aprender a valorar la soledad, y los amigos, yo nunca perdí a mis amigos por tener pareja, pero también influyó que mi relación fue basada en la distancia prácticamente todo el tiempo, vivir en otra ciudad te hace considerar a tus amigos (los que viven en tu nueva ciudad) tu familia, pero… es verdad que la soledad te da una nueva perspectiva de la amistad, enamorarse es bonito, pero pasar una tarde riéndote con tus amigos también lo es.

Otro análisis del dichoso libro, habla de los tipos de personas frente al amor, personas dependientes emocionalmente, personas evasivas y seguras. Lo he leído varias veces intentando encajarme en uno de los bloques, pero no lo he conseguido, con lo cual mi única conclusión ha sido que estoy, tal vez, más desequilibrada de lo que creía. Uno de mis problemas, y lo admito, es un problema, es que soy una mujer celosa, celosa en todos los aspectos de la palabra, pero discreta, pocas veces (alguna hay, ¡qué se le va a hacer!) he montado numeritos por culpa de mis celos. Esta es una característica de las personas dependientes emocionalmente, y además, esto es lo que siempre me consideré, quizás también porque parece que es la tónica habitual en mi familia. Y así lo fui al principio de mis historias, pero el problema es que en la realidad soy una mujer completamente independiente, de todo, me gusta muy poco estar atada, a nada ni a nadie, cuando algo me ata, suelo echar a correr, reacción clara (según Lucía) de un evasivo. En este ensayo, se dice que la combinación más peligrosa es la de un/a evasivo/a con un/a dependiente..., también es la más común. En mi caso, yo creí que salía siempre con seguros, o por lo menos, mi última pareja dentro de este bloque entraba, en cambio mi tendencia innata, parece ser la de buscar una pareja desequilibrada, o por lo menos, es verdad que es la que más emoción te da a la vida. Yo me analizo y lo que veo es lo siguiente, cuando mi pareja se comporta como un evasivo, yo soy la dependiente, si él se cuelga perdidamente de mí, yo me echo a correr, y por si a caso me coge suelo ser bastante directa y cruel. Y ya no hablo sólo de mis parejas, con mis amigos suelo ser parecida, ¡aviso para navegantes!, no me gusta ser dependiente de nada ni de nadie, y como parece que en mi código genético hay algo que invita a serlo, lo anulo con mi comportamiento.

Os describiré una situación: cuando la persona en la que me fijo me llama demasiado, o me persigue, me agobio, me agobio mucho, me da miedo enamorarme, o que esa persona se convierta en indispensable para mi vida, yo no sé... pero algo debo hacer porque inmediatamente las tornas se cambian, y echo de menos esa maldita llamada de teléfono, o esas charlas..., en fin... y entonces es cuando empieza el problema, porque todavía tengo más miedo, más terror de dependencia, y cada vez la historia es más complicada. Si a esto le añades que me considero una mujer de mi tiempo, muy moderna y feminista, y que suelo ser de las que dan el primer paso para una cita, o las que llama, que nunca me corto a la hora de hablar, y así con todo, la gente después de que yo haya echado a correr y me haya arrepentido, corre todavía más que yo, y con razón, claro.

Resumiré en que lo único que seguro que no soy, es una segura en mis relaciones, al principio y al final, sobre todo, cuando la cosa está estable, soy la más segura del mundo, porque me dejo hacer y hago, y cojo el punto de equilibrio, quizás por eso, al final..., la cosa funciona bien, o mejor dicho, me suelen funcionar bien.

3 comentarios:

Pau Esquivias dijo...

ultimamente ando algo perdido, me han vencido, viejos fantasmas, nuevas rutinas...(nunca te fue mejor esta cancion)..disfruta de tu momento, de tu independencia, de tu hacer lo que kieras. Y no vivas tan segura que de repente algo pasara que te de la vuelta como a un calcetin, son las mieles de la vida.

Clara dijo...

Pequeña,
Ya sabes que el estar siempre dudando (en el buen sentido: preguntándose)y haciendo balance siempre ha sido un valor para las dos. Y siempre me ha gustado cómo lo haces porque no permites que la duda te paralice, aprendes en movimiento, eres independiente y a la vez consecuente. A pesar de todo esto, también hay que compaginar el peso con la levedad, y no preocuparse tanto por las cosas. Desdramatizando se es más feliz... por favor!!! deja de leer libros de autoayuda o te vas a marear!! Ya ves que no es una lectura tan "ligera" como parece... :) ("...planeo una huida para rehacer mi vida, probablemente en Marte, seguro que allí no hay nadie empeñado en aconsejarme "Isabel que te pasa, no estudias no trabajas!" ;)... y qué vamos a hacerle si es que últimamente...!!!"

Anónimo dijo...

Joe Isabel tia, menos control de la vida. ¿Qué sería de nuestra vida sin la improvisación y las cosas completamente inesperadas?

Yo en tu lugar dejaría que las cosas sucedan solas, sin pensar tanto en por qué sí o por qué no, ni en por qué tanto o por qué tan poco...

Disfruta de cada momento, de cada persona sé feliz con lo que tienes, improvisa un poco, y añade unas gotitas de impulsividad sin pasarte, que la impulsividad es como la sal: si le pones la cantidad justa al plato mejora muchísimo, pero si te pasas lo estropeas .
Un beso.