jueves, 23 de junio de 2005

La ley de Murphy y RENFE

De repente me imaginaba a una mujer solitaria, sentada en una terraza de verano, con un café con hielo en la mano, y un libro en la otra, pero no lee, está pensando, pensando en algo que no termina de enlazar con nada, cómo ha cambiado todo, de repente ya no es una niña, de repente todo es diferente a como ella pensaba, cambian los amigos, cambia el amor, cambian las personas, las calles, y el mundo. La ciudad se ha llenado de ladrillos que se amontonan formando pirámides que intentan tocar el cielo, intentando reírse de nosotros, pero lo triste es que son seres humanos los que las construyen. Alguien conocido pasa por delante de ella, intenta buscar su mirada para dedicarle un saludo, pero o bien no se acuerda de ella o bien no quiere acordarse, el caso es que ella sigue allí sola, pensando….

Yo aquí estoy otra vez, sola en el laboratorio, porque este trabajo ante todo es esperar, y esperar, …, se está formando una tormenta, pero seguro que no llueve hasta que yo no salga por la puerta del trabajo. La ley de Murphy, que cosa tan curiosa, todos pensamos que se cumple para cada uno de nosotros, y es que el asunto es que sólo nos acordamos de ella cuando coincide con lo que pasa, es como las supersticiones, predicciones o sueños, corazonadas, etc.
Ayer me pasó una cosa curiosa, este fin de semana me voy a Madrid, y saqué los billetes por internet, ¿por qué? A parte de porque me gusta el uso de la red para estas situaciones, porque no tenía tiempo de ir a la estación… El caso es que RENFE, pone un sistema que hace que la primera vez que haces una compra con una tarjeta tengas que ir a la taquilla a por los billetes, para comprobar que es uno mismo, y esas cosas, pero el problema es que es verano, y cuando fui a la estación me hacían sacar el billete por la taquilla de venta anticipada, para la cual había que coger un papelito de los de “pida turno por favor”, el ticket, muy mono, y muy digital, decía tiene ud. Delante a 42 personas, jajaja, qué ilusión, tener delante a 42 personas con sus 42 papelitos para 4 taquillas. Eché cuentas, si en 10 minutos que llevo han pasado del 450 al 454, me va a dar medianoche hasta el 492 que llevaba yo, y además como el parking está en el quinto infierno y es carísimo, decidí aparcar mal, en la puerta (todo el mundo aparca allí), el problema es que yo no estuve un cuarto de hora, que era lo que pensaba en un principio, a la hora, cuándo ya sólo me quedaban 10 números, un señor muy simpático dijo por megafonía que retirara mi coche mal aparcado….. Total que me quedé sin billetes de tren, después de más de una hora esperando, y eso que sólo quería que me los imprimiesen.

Hoy por fin tengo los billetes, después de un intento en el que mi madre haya ido a por ellos, y la hayan enviado de vuelta a casa después de otra hora esperando, la pobre ha puesto de vuelta y media al señor de atención al cliente. Eso sí, dicen que a la tercera va la vencida, he ido al mediodía, y he conseguido que me los dieran en 5 minutos, en fin…. Ayer no fue un buen día para mi relación con RENFE.

¡Qué gusto!, me acabo de dar cuenta de que ya llueve, y todavía no he salido de trabajar, la pena es que tampoco disfrutaré del fresquito que se queda.

Hasta el próximo día….

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