lunes, 27 de agosto de 2007

Juegos de mujeres

Ellas eran 4, la pequeña contaba 25 y la mayor había estrenado los 30, pero en una mesa de un bar, jugaban como niñas a ver cómo giraba la medalla que una llevaba colgada en el cuello.
Todavía lo veían lejano, pero soñaban con su familia perfecta y proyectaban sus ansias en las oscilaciones de aquella cadena.
Ella, la más joven, cerraba los ojos, y se sorprendía así misma. El resto canturreaban: Chico, un chico.... Otro... y... - Que se pare ya, por Dios, decía ella - una niña.. y... - Ahora sí, ya, vale. - Se paró.
Entre risas comentaban que en el fondo no se lo creían, pero ahí las tenías, observando cómo giraba el péndulo, dando pequeños gritos de sorpresa, poniendo una y otra vez la mano para, o bien comprobar que el resultado se mantenía, o bien intentar que cambiara.
El tiempo pasó y aquello se diluyó....
Años después se encontraron 2 de aquellas mujeres, una de ellas peleaba con un chavalito por ponerle una cazadora y una bufanda, mientras el marido tapaba los piececitos de una chiquilla con una mantam, la niña se había quedado dormida en la silla. La otra mujer se baja de un coche, abre la puerta de los asientos traseros y coge a una niña de dos años en brazos, le pone un anorak rosa y le ajusta sus pequeñas katiuskas. El marido guerrea con dos muchachos de 4 y 6 años que no dejan de discutir, con cara de cansado les desabrocha los cinturones y los da por perdidos.
Las mujeres se miran, se saludan, se sonríen y una de ellas, se echa la mano al cuello de donde le cuelga aquella medalla con la que jugaban años antes.
Al final no supimos si se cumplió o hicimos que se cumpliera.

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