Hoy me gustaría teletransportarme, física, mental y emocionalmente a otra época...
Viajaremos juntos a un año, el 96, por ejemplo.
Yo tenía 14 años y me enamoraba por primera vez, mi hermano gateaba por las playas de una isla, mis amigos me esperaban desperdigados por las casas veraniegas, y allí sufrí, mi primer amor, y mi primera ruptura. Fue la primera vez que me rompieron el corazón y la primera que yo se lo rompí a alguien... Aquello me dolió tanto que pasé año y medio destrozando todos los corazones que pillaba por el camino, me los comía a grandes bocados. Fue entonces, también, cuando descubrí el silencio (ya lo había descubierto algún año antes... era una adolescente callada, rebelde en mi introspección, con un rico mundo interior, y grandes lagunas oscuras donde me perdía y no llegaba a encontrar el norte), y en el silencio me sentía incomprendida, por los chicos que no me perseguían, por las amigas que peleaban constantemente, por aquel mundo donde no encontraba mi lugar... Por mi compañera de batallas, que se había ido un poco lejos, aunque habitaba en la clase de al lado, nos queríamos en la distancia.
Creíamos que nos comíamos el mundo y tan sólo teníamos 14 años... llorábamos por todo y no era nada, sufríamos grandes amores como si de tragedias griegas se trataran, y ahora... aquí nos tienen... superando relaciones fracasadas, una tras otra, con el corazón remendado tantas veces que ya no importa un remiendo más. Intentando no comernos la rana, aunque hayamos dejado de creer en cuentos de príncipes azules. Ya no creemos en el amor como lo hacíamos antes, pero tenemos fuerzas para decir que es el motor del mundo, y por supuesto el nuestro.
Los amigos han dejado de tener el sentido que tenían en aquellos años, y sin embargo, se han convertido en nuestra familia. Y la familia, ya no discutimos ni guerreamos... ellos son el apoyo, aceptan todas las decisiones que tomamos, a veces rechistando, otras... suspirando.
En aquellos años encontré un amor, contaba con quince años y me enamoré tanto, que mi madre me lo notó nada más verme... Primera tormenta amorosa. También encontré una verdadera amistad, de esas que duran tantos años, que empiezas a perder la cuenta (todavía no han pasado los 10), redireccionó mis emociones y me ayudó a sacar toda la creatividad que yo perdía por el camino -muchísimas gracias por llevar tantos años haciéndome crecer y creciendo conmigo- ya no éramos dos, nos convertimos en tres (quién no recuerda esas pestañas de araña de un 20 de noviernes... cómo ha pasado el tiempo)... Seguíamos comiéndonos el mundo, riendo y llorando, noches enteras a carcajada limpia en un futón embobadas por las hormonas.
No siempre fue todo bueno... pero fueron años que recuerdo muy bien... Aquellos maravillosos años, que no fueron mejores que los que ahora vivo, pero marcaron el sendero por el que he ido caminando y me regalaron mucho, mucho, mucho...
Aquí os regalo el repaso de un par de años más... de los 14 a los 16 aproximadamente. Hoy hace dia de verano, y con este texto me he ido de vacaciones a algún pueblo de montaña, alguna playa, algún país extranjero, y siempre perfectamente acompañada (Gracias niñas me hacía falta).
Bsks
P.D.: Amenazo con foto de aproximadamente el año '97... queda pendiente!
1 comentario:
Es lo malo del amor y de la amistad, uno ya no se expone nunca como al principio.
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